Alemania es un país polifacético en el que vale la pena vivir. Atractivas ciudades y variados paisajes, tales como el Mar del Norte y los Alpes, fascinan a los numerosos visitantes.

Amor por la naturaleza y entusiasmo por la vida urbana, alimentación sana y restaurantes para sibaritas, tradiciones y apertura al mundo: Alemania es, con 357.000 kilómetros cuadrados de superficie, el cuarto mayor país de la Unión Europea (UE), después de Francia, España y Suecia. De los mares del Norte y Báltico hasta los Alpes, ­está estructurada geográficamente de norte a sur en las siguientes regiones: las Tierras Bajas del Norte, las Montañas Medias de ­Alemania Central, las Montañas Medias del ­Sudoeste, los Paisajes Prealpinos del Sur y los Alpes de Baviera. La distancia más larga de norte a sur son 876 kilómetros y de este a oeste, 640 kilómetros.

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Alemania es uno de los países con mayor nivel de vida del mundo. En el Índice de Desarrollo Humano 2016 de la ONU, ocupa el lugar 4 de 188 países. Con 82,6 millones de ­habitantes, es el país con mayor población de la UE y uno de los países más densamente poblados; aproximadamente el 77 por ciento de los habitantes vive en regiones de alta o media densidad de población. Un 30 por ciento de la población vive en grandes ciudades de más de 100.000 habitantes, de las cuales hay 80; la densidad de población en Múnich es de 4.713 habitantes por kilómetro cuadrado; en Berlín, de 4.012. Expertos ven en el renacimiento de las ciudades un sostenido proceso de crecimiento e innovación, pronosticando un creciente número de habitantes en las aglomeraciones urbanas para 2030. Ello tendrá considerables consecuencias para el mercado de la vivienda, la movilidad urbana y la infraestructura. Especialmente el grupo etario de 18 a 24 años manifiesta una gran disposición a vivir en ciudades. La urbanización es una tendencia no ­solo en Alemania, sino global. Las ciudades atraen también a numerosos turistas. Berlín es un imán de visitantes y registra cifras récord. A nivel europeo, esa metrópoli de 3,7 millones de habitantes ocupa el tercer lugar en cuanto a número absoluto de pernoctaciones, después de Londres y París.

Al atractivo de las ciudades se agrega simultáneamente un anhelo por lo local y regional, particularmente en la alimentación. Los ­alimentos ecológicos tienen un firme lugar en la economía agrícola alemana. La facturación de productos biológicos alcanza a unos 10.000 millones de euros anuales. Unas 29.174 granjas biológicas, casi el ocho por ciento del ­total de establecimientos, cultivan el 7,1 por ciento de las tierras agrícolas. Los productos biológicos son protegidos con certificados. Unos 75.000 productos llevan el sello biológico estatal alemán: una fuerte protección del consumidor y una estricta obligación de marcar los productos. En 2016, ocho millones de habitantes de Alemania se definían a sí mismos como vegetarianos; 1,3 millones practicaban el veganismo. No obstante, el disfrute culinario no se queda atrás: en el país hay 300 restaurantes con una o más estrellas en la Guía Michelin 2018, tantos como nunca antes.

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